Aclaracion

Sobre lo aqui presentado, me gustaría proponer que todo lo que aquí figura, debe tomarse como base para el posterior análisis y confirmación de los datos. Esto es un punto de partida.
Gracias.

P.D. Para cualquier aportación que estimen conveniente que debiese figurar, por favor enviar un correo a agusrual@gmail.com

jueves, 14 de enero de 2016

Caídos del cielo



Al igual que sucedió sobre el territorio de las naciones no implicadas directamente en la Segunda Guerra Mundial, también los cielos españoles se vieron sorprendidos en repetidas ocasiones por la insólita aparición de aeronaves pertenecientes a los estados en conflicto.
La posición estratégica de la Península Ibérica, prácticamente encajada entre los principales teatros de operaciones del Atlántico, Mediterráneo y del Norte de África, motivó que su territorio se convirtiera en lugar propicio donde recalaron una considerable cantidad de estos aviones.
Así, ya fuera a causa de fenomenales despistes, errores de navegación y averías durante vuelos de traslado hacia los frentes, o motivado por los daños sufridos en el transcurso de combates, existe constancia de al menos ochenta aviones de nacionalidad alemana, diecinueve italianos, una docena de franceses, setenta y ocho británicos y de la Commonwealth y cuarenta y cinco estadounidenses que terminaron en territorio español tras efectuar sendos aterrizajes de emergencia, o protagonizar dramáticos accidentes en tierra y en sus aguas jurisdiccionales. De todos ellos, tan sólo un reducido número fue adquirido a los estados en lucha y entró en servicio plenamente operativo en las filas del Ejército del Aire de España.
En principio, todo estaba en contra. Ni la panecea del barniz novavia, ni la habilidad artesanal de los mecánicos españoles, capaces de hacer volver a la vida un avión moribundo, estaban en condiciones de conjugarse para mantener en vuelo, de forma regular, todo este material de procedencia tan variopinta. Pero no debe olvidarse que, durante esa época, el parque de aeronaves existente en el Ejército del Aire era así precisamente: muy variopinto, con una cantidad de modelos en uso nada desdeñable.


L'Aeroteca

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